Los juicios de Núremberg, celebrados por los tribunales militares en 1945, se equiparan a menudo con el advenimiento de la interpretación de conferencias tal y como se practica hoy en día.
De hecho, todavía existe cierta confusión entre la interpretación consecutiva y la simultánea en conferencias internacionales y reuniones multilingües.
En este artículo, le daremos algunos antecedentes históricos para comprender mejor las diferencias fundamentales entre las formas de interpretación de conferencias tal como las conocemos hoy.
La Conferencia de Paz de 1919 marcó el inicio de la edad de oro de la interpretación consecutiva
La Conferencia de Paz de París de 1919 Esta conferencia marca un punto de inflexión por dos razones: la primera es que es el principio del fin de la lengua francesa como lengua diplomática. Porque el francés ha sido un dispositivo en la configuración de las relaciones internacionales. De hecho, a partir del siglo XVIII, la lengua francesa sustituyó al latín en la redacción de los tratados internacionales. El uso predominante del inglés en la Conferencia de Paz de 1919 demuestra así el creciente peso político de Gran Bretaña y Estados Unidos. La segunda razón es que la necesidad de interpretación quedó claramente demostrada en la conferencia, ya que la interpretación no era una profesión regulada en ese momento. Así, se recurrió a “personas inteligentes sin más guía que el sentido común y la práctica”. Los intérpretes eran elegidos por sus conocimientos de idiomas y culturas; aprendían a interpretar “en el trabajo” sobre la base de un título universitario. Algunos de los intérpretes presentes en la Conferencia de Paz fueron elegidos porque ya habían realizado un trabajo similar durante la Primera Guerra Mundial, lo que les valió respeto e indulgencia durante el evento. Entre ellos estaban Gustave Camerlynck, Léon Dostert, Jean Herbert y el más dotado: Paul Mantoux, un ejemplo para sus compañeros. En primer lugar, el consecutivo largo fue el método de interpretación preferido durante la Conferencia de París. Consistía en tomar notas, a partir de las cuales se elaboraban generalmente las actas. El método consecutivo corto, sin tomar notas, se utilizó para la traducción a vista de los documentos durante las sesiones sucesivas. Se utilizó el método del chuchotage para traducir las palabras de los oradores en las comisiones. Las primeras líneas de definición de la profesión de intérprete aparecieron en la Conferencia de París de 1919, ya que fue entonces cuando se empezaron a plantear diversas cuestiones éticas sobre este estatuto, poco conocido en aquella época. ¿Tenía el intérprete la capacidad de matizar las palabras originales o podía modificar el registro original? Naturalmente, se esperaba que el intérprete no sobrepasara el tiempo de palabra del orador, sin tener en cuenta el tiempo necesario para escuchar y traducir al mismo tiempo. Los intérpretes de la época no podían contar con un entorno técnico que garantizara una transcripción ideal de su traducción, y la acústica en particular no les favorecía. Por ello, en el resto de este artículo veremos las etapas por las que ha pasado el sector, empezando por la época dorada de la interpretación consecutiva y terminando con el nacimiento de la interpretación simultánea.La edad de oro de la interpretación consecutiva
Durante el periodo de entreguerras, la necesidad de interpretación siguió aumentando en la Sociedad de Naciones, que se convirtió en las Naciones Unidas. Por lo tanto, se llamó a los autónomos como refuerzos, lo que fue una gran novedad para la época. En este contexto, aún no había formación especializada para intérpretes, la comunidad pensaba que las habilidades de interpretación eran innatas. Así que los intérpretes procedían de todos los ámbitos: académicos o funcionarios de asuntos exteriores. La mayoría eran hombres, de la clase media alta europea. Querían acceder a la profesión de intérprete, que se consideraba superior a la de traductor, aunque el examen de acceso a la Sociedad de Naciones era el mismo para ambas profesiones. Jesús Baigorri, intérprete que ha trabajado sobre el terreno para Naciones Unidas y que imparte clases en la Universidad de Salamanca, aclara esta dicotomía en la percepción de esta actividad. De hecho, la profesión de intérprete exige un gran rigor en el conocimiento del protocolo y una sólida cultura general, así como el dominio del arte de la oratoria, los viajes frecuentes y el trabajo con personalidades respetadas. Como consecuencia, la interpretación empezó a despertar un gran interés entre los profesionales del sector, lo que naturalmente se tradujo en salarios más altos y mejores condiciones de trabajo. A medida que aumentaba la necesidad de intérpretes, también lo hacía el número de reuniones internacionales. En este sentido, la primera escuela de intérpretes fue fundada en Ginebra por Antoine Velleman en respuesta a la creación de nuevos organismos internacionales como el Tribunal Permanente de Justicia Internacional y la Cruz Roja. Durante la época dorada de la interpretación consecutiva, cada intérprete practicaba su propio método; algunos tomaban notas y otros se basaban únicamente en su memoria. Sin embargo, la interpretación consecutiva multilingüe dificultó la tarea y hubo que introducir métodos más eficaces. Este fue el punto de partida de los primeros ensayos técnicos para facilitar la interpretación simultánea, que dieron lugar al moderno sistema de interpretación simultánea durante los juicios de Núremberg.La tecnología mejorada permite la interpretación simultánea
La desconfianza de los intérpretes en el progreso técnico
En aquella época, la innovación técnica se consideraba una amenaza. Para los intérpretes profesionales, la llegada de la interpretación simultánea supuso la desaparición de cierta fascinación por la profesión, si no su total disolución. Sin embargo, no se puede negar el principal problema de la interpretación consecutiva: la falta de espontaneidad en los debates y la prolongación de los intercambios. Para superar este problema, el empresario de Boston Edward Filene se propuso presentar una idea revolucionaria a los inventores de la época, como Thomas Edison y Cardy. Finalmente, el proyecto se confió a Gordon Finlay, que fue el primero en probar la técnica de la simultaneidad en un laboratorio diseñado a tal efecto para interpretar las notas taquigráficas. El problema era que un intérprete no podía leer las notas tomadas por otro. A pesar de las pruebas iniciales poco concluyentes, los resultados del experimento muestran los detalles técnicos necesarios para una buena interpretación simultánea. Por ello, Boston Edward Filene invirtió en la optimización del proceso para que el sistema pudiera ser adoptado de forma permanente en la OIT en 1928. Las principales ventajas que se destacaron fueron el ahorro de tiempo y de costes asociado al uso de la interpretación simultánea.- De esta experiencia surgieron importantes prerrogativas para el mundo de la interpretación:
- Prefiere trabajar un máximo de media hora por cada intérprete
- Proporcionar un mínimo de dos intérpretes para una reunión o conferencia para permitir que cada intérprete se alterne y descanse durante la duración del evento
- Disponer de los textos con antelación para que cada intérprete pueda realizar una investigación previa y complementaria en la que basar su trabajo
La transición de la interpretación consecutiva a la simultánea en el juicio de Núremberg
En aquella época no se pensaba que los intérpretes pudieran escuchar y hablar al mismo tiempo… ¡Y sin embargo! En el juicio de Núremberg, los acusados, los testigos y los miembros del Tribunal no hablaban necesariamente todos el mismo idioma, ni eran políglotas. Tenían que ser capaces de comunicarse con facilidad y rapidez. En este ejercicio, las dificultades eran tanto técnicas, relacionadas con la adopción de equipos Filene-Finlay adquiridos por IBM, como humanas. De hecho, muchos intérpretes se mostraron reacios a trabajar con este proceso, que hasta entonces desconocían. La mayoría de ellos ya trabajaban para organizaciones internacionales y no querían sacrificar un trabajo estable a tiempo completo, y mucho menos irse a vivir a una ciudad completamente destruida por la guerra. Por lo tanto, las delegaciones del Tribunal Militar tuvieron que buscar candidatos con muy poca experiencia. Además, como el tiempo era escaso, los nuevos reclutas no recibieron prácticamente ninguna formación previa al juicio. Ante lo que está en juego en la historia de este acontecimiento, los intérpretes volvieron a aprender “sobre la marcha” y sólo los mejores pudieron destacar. Teniendo en cuenta todos estos factores, así como la escasa insonorización de las cabinas y la mediocre calidad de la acústica, se beneficiaron de la tolerancia de los diplomáticos, que percibieron como una hazaña el trabajo de un intérprete en esas condiciones.En resumen
La profesión de intérprete ha tardado mucho tiempo en definir sus contornos. De hecho, ha pasado por muchos experimentos prácticos y técnicos antes de que se estableciera su carácter indispensable en conferencias de todo el mundo, en reuniones internacionales y en eventos físicos y digitales. En la conferencia de París de 1919, fue el largo consecutivo con la toma de notas el que desempeñó un papel importante en el desarrollo de los métodos de interpretación. Este método consiste en dejar hablar al orador durante mucho tiempo, mientras se toman notas para recordar el discurso y transcribirlo de la forma más adecuada. Durante los juicios de Núremberg en 1945-46, la interpretación simultánea se consideró una alternativa indispensable a la interpretación consecutiva, ya que facilitaba el trabajo de los intérpretes y reducía la duración de los procedimientos, al tiempo que permitía una comunicación más espontánea entre los participantes que hablaban diferentes idiomas. Aunque las condiciones técnicas y humanas eran difíciles en aquel momento, la introducción de la interpretación simultánea fue un gran éxito en términos de ahorro de tiempo y dinero. No dude en enviarnos sus preguntas y comentarios a ibp@ibridgepeople.com ————— Fuente:- Baigorri Jalón, J. (2004) : De Paris à Nuremberg : Naissance de l’interprétation de conférence, traduit de l’espagnol sous la direction de Clara Foz, Ottawa, Les Presses de l’Université d’Ottawa, 289 p.